sábado, 6 de marzo de 2010

UN,DOS,UN,DOS,UN,DOS...


"Sala Guirigai Teatro" pudimos leer en la fachada del blanco edificio y en pocos minutos nos encontramos, irremediablemente, arrastrados al centro de un universo paralelo. Los alumnos, algo desconcertados, fueron colocados en forma de círculo alrededor del escenario, compartiendo protagonismo con la vida y la obra de Miguel Hernández.
Cada uno de los versos del poeta no tardaron en recorrer, como una legión bien adiestrada,con paso firme, la memoria prodigiosa, el corazón apasionado y la lengua clara de los tres actores para iniciar un vuelo directo a nuestras almas.
A la salida pregunté con curiosidad a uno de mis alumnos más escépticos:
-¿Qué te ha parecido?
- La verdad es que me ha gustado,aunque apenas he entendido los versos.
Aquella mañana de febrero la lluvia nos dio una tregua en el viaje de regreso a casa,pero llegamos empapados de poesía.

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