miércoles, 1 de diciembre de 2010

NOCILLA DREAM


Confieso sentir una profunda rabia cuando termino de leerme un libro por el simple hecho de haberlo empezado. Motivo suficiente para que la sensación de placer por la lectura se intensifique cuando te encuentras entre las manos con un ejemplar especial, un libro original en su fondo y en su forma.
Aquí os dejo un pedazo aunque, como siempre, una rebanada de nocilla sepa a poco.

No existe espacio si no existe luz. No es posible pensar el mundo sin pensar la luz (lo dijo Heráclito, lo dijo Einstein, lo dijo el Equipo-A en el capítulo 237, lo dijeron tantos). Y sin embargo dentro de cada cuerpo todo es oscuridad, zonas del Universo a las que la luz jamás tocará, y si lo hace es porque está enfermo o descompuesto. Asusta pensar que existes porque existe en ti esa muerte, esa noche para siempre. Asusta pensar que un PC está más vivo que tú, que adentro es todo luz.

sábado, 10 de julio de 2010

LUZ ENTRE LA NIEBLA


A lo largo de la lectura vemos a Augusto, su protagonista, sacudiendo la niebla de confusión que le envuelve el sombrero, queriendo despejar la niebla de su cabeza y de su corazón, vagando como un muñeco de niebla, sin creer en su propia existencia y, finalmente, disipándose en la niebla negra.Pero este libro no es niebla, sino luz. Luz arrojada sobre algunos temas esenciales de la vida como la religión, el feminismo, las relaciones sexuales, la política, las convenciones sociales,el proceso de creación nivolesco,el amor,el matrimonio, la verdad o los límites entre la realidad y la ficción.
- La vida es la única maestra de la vida.(....)Solo se aprende a vivir viviendo.
- No sé si creo o no creo; sé que rezo.
- El hombre en cuanto habla miente, y en cuanto se habla a sí mismo, es decir, en cuanto piensa sabiendo que piensa,se miente. (...) No hacemos sino representar cada uno su papel.¡Todos personas, todos caretas, todos cómicos!
- Son los celos los que nos revelan el amor(...)Si no hubiese más que un solo hombre y una sola mujer en el mundo, sin más sociedad, sería imposible que se enamorasen el uno del otro. Además de que hace siempre falta la tercera, la Celestina y la Celestina es la sociedad.
- Una de las cosas que me dan más pavor es quedarme mirándome al espejo, a solas, cuando nadie me ve. Acabo por dudar de mi propia existencia e imaginarme, viéndome como otro, que soy un sueño, un ente de ficción ...
- ¡Hablan demasiado!, dicen otras veces. Como si el hablar no fuese hacer. En principio fue la Palabra y por la Palabra se hizo todo.
No hay lugar a dudas de que cuando la luz ilumina un lugar podemos verlo con claridad a no ser que cerremos los ojos.

domingo, 27 de junio de 2010

UN VIEJO AMIGO


Releer un libro es como encontrarse con un viejo amigo,volver a vivir sensaciones olvidadas. Tuvimos la oportunidad hace varios años, en la Facultad de Filosofía y Letras de Cáceres, de escuchar la lectura de algunos de los poemas de este libro de boca de su propio autor. Hoy disfruto del reencuentro.

"Apenas es ciudad esta ciudad/ajena a las semanas que te alejan/como luz separada(...)Tú has sido alegría. Y lo que te has perdido/ no es más que soledad y ausencia./Como lo que esta noche, en esta plaza limpia,/lejos de nuestra casa y sin aliento/ persiste en la belleza insoportable:/las frías superficies de sus piedras/ ajenas al deseo, como tu cuerpo frío/ que no me esperaba".

"Desde que tu belleza es una foto/he salido en las noches a la caza/ de voces y de sombras que pudieran/devolverme el susurro de tus sueños".

"Es posible borrar de ciertas calles/ la atmósfera especial que en otro tiempo/el amor o el deseo alimentaban".

sábado, 13 de marzo de 2010

LOS ENORMES ZAPATOS DE LAURA


A través de un pequeño agujero logro asomarme a un instante de mi infancia y me veo, junto al resto de mis compañeras de clase, alrededor de la mesa de una joven profesora,charlando distendidamente(creo que estamos en 6º de EGB). En medio de tanta cordialidad confundo la confianza con la mala educación y abro el bolso de la profesora con el simple objetivo de curiosear. Entre los variados objetos del interior me veo sorprendida por la amable sonrisa de la maestra transformada en una sarta de reproches que tardaría años en comprender. Hoy no consigo sacudir de aquel recuerdo la vergüenza, aunque solo es vergüenza y me pregunto tras la lectura del libro ¿cómo se sacude de los recuerdos infantiles el dolor?

En La casa de los conejos, Laura Alcoba nos convierte su experiencia vital en la Argentina de los años 70,desde sus ojos de niña,en un relato emocionante y conmovedor.Las circunstancias obligan a Laura a calzar unos zapatos enormes para sus diminutos pies,lo que le hará tropezar en más de una ocasión, a pesar del cuidado puesto de cada uno de sus pasos:

"Yo ya soy grande, tengo siete años pero todo el mundo dice que hablo y razono como una persona mayor.Les hace reír que sepa el nombre de Firmenich, el jefe de los Montoneros,e incluso la letra de la marcha de la Juventud Peronista, de memoria. A mí ya me explicaron todo. Yo he comprendido y voy a obedecer. No voy a decir nada. Ni aunque vengan también a mi casa y me hagan daño. Ni aunque me retuerzan el brazo o me quemen con la plancha. Ni aunque me claven clavitos en las rodillas. Yo, yo he comprendido hasta qué punto callar es importante".

sábado, 6 de marzo de 2010

UN,DOS,UN,DOS,UN,DOS...


"Sala Guirigai Teatro" pudimos leer en la fachada del blanco edificio y en pocos minutos nos encontramos, irremediablemente, arrastrados al centro de un universo paralelo. Los alumnos, algo desconcertados, fueron colocados en forma de círculo alrededor del escenario, compartiendo protagonismo con la vida y la obra de Miguel Hernández.
Cada uno de los versos del poeta no tardaron en recorrer, como una legión bien adiestrada,con paso firme, la memoria prodigiosa, el corazón apasionado y la lengua clara de los tres actores para iniciar un vuelo directo a nuestras almas.
A la salida pregunté con curiosidad a uno de mis alumnos más escépticos:
-¿Qué te ha parecido?
- La verdad es que me ha gustado,aunque apenas he entendido los versos.
Aquella mañana de febrero la lluvia nos dio una tregua en el viaje de regreso a casa,pero llegamos empapados de poesía.

MOMENTOS GENIALES



En medio de la lectura de La última respuesta de Álex Rovira y Francesc Miralles me encuentro, entre otros momentos realmente divertidos, éste:

Cuando Eisntein aún no era muy conocido y sus teorías comenzaban a extenderse por el mundo, empezó a recibir invitaciones para dar conferencias. Sin embargo, su imagen aún no era de dominio público y pocas personas sabía qué aspecto tenía.
Durante uno de esos viajes, su chófer en Estados Unidos le comentó que había asistido a tantas conferencias suyas aquel año que se sabía de memoria todas sus teorías.
Esto sirvió al padre de la relatividad para una divertida ocurrencia: en una localidad menor a la que se dirigían, decidió intercambiar los papeles con su chófer para que éste, haciéndose pasar por Einstein, diera la conferencia ya que se la sabía al dedillo.
Así lo hicieron y todo transcurrió de primera. Nadie se dio cuenta del cambiazo y la audiencia creyó que tenían delante a un genio absoluto. El verdadero Einstein asistía al montaje tremendamente divertido.
Hasta el momento en que alguien del público formuló una pregunta que el ponente no supo responder. Ni corto ni perezoso, el falso conferenciante contestó entonces: "Esa pregunta es tan fácil que hasta mi chófer la contestaría...y de hecho lo va a hacer".

lunes, 22 de febrero de 2010

DESTELLOS




Como cada anochecer, el cielo, anegado en la oscuridad, sumergió al pequeño pueblo pesquero en una rotunda negrura, apenas profanada por algunos destellos amarillentos que, con timidez, escapaban de las minúsculos caseríos que bordeaban la costa. Eran las tres en punto de una fría noche de enero.
Tras varias horas de navegación sin rumbo entre la blancura, Lara había recurrido a la leche con miel para conciliar el sueño, pero aquel remedio, que tantas veces su abuela le había calentado con éxito, no lo tuvo en esta ocasión. Quizá porque el cariño era otro ingrediente indispensable de la receta, pensó, o quizá porque el gusano del desamor se deslizaba entre las sábanas con la libertad del que se siente en casa.
Raúl, por su parte, previendo que le esperaba una noche en vela, optó por agarrar los apuntes de literatura española del siglo XX. Todo parecía seguir su curso, el tedio iba adormeciendo sus sentidos, pero un poema de Cernuda arrojó una enorme jarra de agua fría que lo dejaría despierto durante horas, filosofando sobre la verdad del amor, Si el hombre pudiera decir lo que ama...
Irreverentes, los números rojizos del despertador de Luis se proyectaban en el techo de su habitación, por el que, a modo de pasarela, había visto desfilar a otros tantos dígitos: luminosos, erguidos y, en ocasiones, desafiantes. El reloj acabó estrellándose contra el suelo y Luis confundiendo los minutos con las horas y comprendiendo por primera vez el título de aquella canción de Sabina, Diecinueve días y quinientas noches.
La quinientas cincuenta y cinco ovejas que Rosa había contabilizado empezaban a cansarse de saltar una y otra vez aquella pequeña valla despintada. Por lo que optó por dejarlas descansar en paz, desde luego, aquellas no eran horas para el ejercicio. Lo que no sabía Rosa es si los pobres carneros lograrían yacer plácidamente, pues la caja de los truenos se abrió al instante.
Como cada anochecer, el cielo, anegado en la oscuridad, sumergió al pequeño pueblo pesquero en una rotunda negrura, apenas profanada por algunos destellos amarillentos que, con timidez, escapaban de las minúsculas almas que bordeaban la costa.Eran las cinco en punto de una fría noche de enero.