lunes, 17 de enero de 2011

UN ARMA CARGADA DE FUTURO



A veces a los libros, como a las personas, nos los encontramos por casualidad (en el fondo de un viejo armario, en medio de una estantería repleta o en el pasillo de una biblioteca), en otras ocasiones nos los presentan o, como cualquier pariente, son simplemente fruto de la obligación .Esta última es, en cierto modo, la circunstancia que rodea mi encuentro con este libro que habla sin rencor aparente de la censura del arte como mecanismo de represión dictatorial y del cultivo del mismo como medio de revolución. El arte supone, en definitiva, y en particular la lectura, un instrumento para cambiar nuestros pensamientos y, por lo tanto, nuestras vidas.Como decía Gabriel Celaya, la poesía es un arma cargada de futuro, o lo que es lo mismo, el arte es un arma cargada de futuro.

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