sábado, 13 de marzo de 2010

LOS ENORMES ZAPATOS DE LAURA


A través de un pequeño agujero logro asomarme a un instante de mi infancia y me veo, junto al resto de mis compañeras de clase, alrededor de la mesa de una joven profesora,charlando distendidamente(creo que estamos en 6º de EGB). En medio de tanta cordialidad confundo la confianza con la mala educación y abro el bolso de la profesora con el simple objetivo de curiosear. Entre los variados objetos del interior me veo sorprendida por la amable sonrisa de la maestra transformada en una sarta de reproches que tardaría años en comprender. Hoy no consigo sacudir de aquel recuerdo la vergüenza, aunque solo es vergüenza y me pregunto tras la lectura del libro ¿cómo se sacude de los recuerdos infantiles el dolor?

En La casa de los conejos, Laura Alcoba nos convierte su experiencia vital en la Argentina de los años 70,desde sus ojos de niña,en un relato emocionante y conmovedor.Las circunstancias obligan a Laura a calzar unos zapatos enormes para sus diminutos pies,lo que le hará tropezar en más de una ocasión, a pesar del cuidado puesto de cada uno de sus pasos:

"Yo ya soy grande, tengo siete años pero todo el mundo dice que hablo y razono como una persona mayor.Les hace reír que sepa el nombre de Firmenich, el jefe de los Montoneros,e incluso la letra de la marcha de la Juventud Peronista, de memoria. A mí ya me explicaron todo. Yo he comprendido y voy a obedecer. No voy a decir nada. Ni aunque vengan también a mi casa y me hagan daño. Ni aunque me retuerzan el brazo o me quemen con la plancha. Ni aunque me claven clavitos en las rodillas. Yo, yo he comprendido hasta qué punto callar es importante".

sábado, 6 de marzo de 2010

UN,DOS,UN,DOS,UN,DOS...


"Sala Guirigai Teatro" pudimos leer en la fachada del blanco edificio y en pocos minutos nos encontramos, irremediablemente, arrastrados al centro de un universo paralelo. Los alumnos, algo desconcertados, fueron colocados en forma de círculo alrededor del escenario, compartiendo protagonismo con la vida y la obra de Miguel Hernández.
Cada uno de los versos del poeta no tardaron en recorrer, como una legión bien adiestrada,con paso firme, la memoria prodigiosa, el corazón apasionado y la lengua clara de los tres actores para iniciar un vuelo directo a nuestras almas.
A la salida pregunté con curiosidad a uno de mis alumnos más escépticos:
-¿Qué te ha parecido?
- La verdad es que me ha gustado,aunque apenas he entendido los versos.
Aquella mañana de febrero la lluvia nos dio una tregua en el viaje de regreso a casa,pero llegamos empapados de poesía.

MOMENTOS GENIALES



En medio de la lectura de La última respuesta de Álex Rovira y Francesc Miralles me encuentro, entre otros momentos realmente divertidos, éste:

Cuando Eisntein aún no era muy conocido y sus teorías comenzaban a extenderse por el mundo, empezó a recibir invitaciones para dar conferencias. Sin embargo, su imagen aún no era de dominio público y pocas personas sabía qué aspecto tenía.
Durante uno de esos viajes, su chófer en Estados Unidos le comentó que había asistido a tantas conferencias suyas aquel año que se sabía de memoria todas sus teorías.
Esto sirvió al padre de la relatividad para una divertida ocurrencia: en una localidad menor a la que se dirigían, decidió intercambiar los papeles con su chófer para que éste, haciéndose pasar por Einstein, diera la conferencia ya que se la sabía al dedillo.
Así lo hicieron y todo transcurrió de primera. Nadie se dio cuenta del cambiazo y la audiencia creyó que tenían delante a un genio absoluto. El verdadero Einstein asistía al montaje tremendamente divertido.
Hasta el momento en que alguien del público formuló una pregunta que el ponente no supo responder. Ni corto ni perezoso, el falso conferenciante contestó entonces: "Esa pregunta es tan fácil que hasta mi chófer la contestaría...y de hecho lo va a hacer".