miércoles, 17 de junio de 2009

Oquedades en mi pecho


Nuestra casa,la de siempre,
hace mucho que no es la misma.
Yo le miro a la cara,
detenidamente,
como a un rostro que hace años que no veo
y al que trato de recordar,
logrando a duras penas reconocerlo.
Y me encuentro solo
huecos.Esparcidos por cualquier rincón:
sobre tu antigua almohada,
el respaldo de tu silla,
o el cojín de tu sillón.
Y ensordezco con el eco
de palabras que no nos dijimos
alrededor de la mesa
observando los agujeros de esta extensión desolada.
Revuelvo todas las cosas
en busca de alguna sombra
o algún reflejo vuestro
en el espejo.Me miro, os pienso, tropiezo
con un inmenso hueco
en el centro de mi pecho.

jueves, 11 de junio de 2009

LA DISTANCIA ENTRE LA REALIDAD Y EL DESEO



Si el hombre pudiera decir lo que ama,
si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo
como una nube en la luz;
si como muros que se derrumban,
para saludar la verdad erguida en medio,
pudiera derrumbar su cuerpo,
dejando sólo la verdad de su amor,
la verdad de sí mismo,
que no se llama gloria, fortuna o ambición,
sino amor o deseo,
yo sería aquel que imaginaba;
aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos
proclama ante los hombres la verdad ignorada,
la verdad de su amor verdadero.

Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien
cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;
alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina
por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,
y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu
como leños perdidos que el mar anega o levanta
libremente, con la libertad del amor,
la única libertad que me exalta,
la única libertad por que muero.

Tú justificas mi existencia:
si no te conozco, no he vivido;
si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.

LA POESÍA HECHA MÚSICA

SILVIO RODRÍGUEZ

Ojalá que las hojas no te toquen el cuerpo cuando caigan
para que no las puedas convertir en cristal,
ojalá que la lluvia deje de ser milagro que baja por tu cuerpo
ojalá que la
luna pueda salir sin ti
ojalá que la tierra no te bese los pasos
ojalá se te acabe la mirada constante
la palabra precisa ,la sonrisa perfecta
ojalá pase algo que te borre de pronto
una luz cegadora, un disparo de nieve
ojalá por lo menos que me lleve la muerte
para no verte tanto, para no verte siempre
en todos los segundos y en todas las visiones,
ojalá que no pueda tocarte ni en canciones.
Ojalá que la aurora no de gritos que caigan en mi espalda
ojalá que tu nombre se le olvide a esta voz
ojalá las paredes no retengan tu ruido de camino cansado
ojalá que el deseo se vaya tras de ti
a tu viejo gobierno de difuntos y
flores
ojalá se te acabe la mirada constante
la palabra precisa, la sonrisa perfecta
ojalá pase algo que te borre de pronto
una luz cegadora, un disparo de nieve
ojalá por lo menos que me lleve la muerte
para no verte tanto, para no verte siempre
en todos los segundos y en todas las visiones
ojalá que no pueda tocarte ni en canciones.

lunes, 8 de junio de 2009

FUGA DE CEREBROS


La travesía en coche hasta el trabajo da para mucho y hoy lunes, después de conocer el resultado de las elecciones gracias a una de mis voces radiofónicas preferidas, la de Juan Ramón Lucas, mi mente no hace más que divagar sobre el motivo por el que al final decidí no ir a votar: abulia, desgana, inapetencia, desilusión, incredulidad ... lo que me faltaban eran motivos para molestarme en dar un paseo con el fin de introducir una papeleta en un sobre. Y es que puedes dormir a la derecha o a la izquierda del colchón debido a que ese lugar te resulte más cómodo ,pero esto no le garantiza a uno conciliar siempre un buen sueño.
Pues bien, con las ideas agolpadas en mis sienes y convencida de que no votar podría ser interpretado como un castigo a la fantochada política de los últimos tiempos, me ocurrió con una columna de El País lo que a veces me ha pasado con ciertas canciones, que parecía estar escrita para mí: Juan José Millás, maestro en el manejo del binomio lenguaje-pensamiento, hablaba sobre el dilema moral del electorado ante la acción de votar. En mi caso no voté gracias a ese circunloquio político que nos lleva a ninguna parte y que se arrojan a la cara unos a otros, u otros a unos, lo mismo da. No les vendrían mal unas cuantas clases de español y algunas otras de franqueza.

EL ENCÉFALO
Qué dilema, Dios, el del contribuyente. O va a las urnas y da por buena una campaña que ha competido en zafiedad, incultura y mal gusto con los programas más tirados de la tele, o no va y permite que cada uno lea su abstención como le convenga. También puede ir y votar en blanco, pero tiene uno la impresión de que ese voto es una respuesta floja, inane, a la agresión intelectual de que hemos sido víctimas durante las dos últimas semanas. Se dice pronto: 15 días con sus telediarios, con sus mítines, con sus horas de radio, con sus cuñas publicitarias, con sus decenas de titulares periodísticos, de editoriales, de tertulias, sin que en medio de toda esa palabrería ( que ha costado una pasta) apareciera una sola idea. De haberla visto, habríamos corrido tras ella para atraparla o para que nos atrapara. El pensamiento es una conquista dura, una escalada. Y nada garantiza, por alto que hayas llegado, que no puedas precipitarte de nuevo a la barbarie. Que un pais con la historia de Italia vote a Berlusconi debería hacernos reflexionar. El mal está ahí, a la vuelta de la esquina. Y se puede caer más bajo todavía, no hay límites en el descenso a los infiernos, en la decadencia política, en el declive cultural.
Pues ya decimos, ni una idea en toda la campaña, ni un pensamiento organizado, nada. Unos por vocación, otros por torpeza, todos se han aplicado a la tarea de evitar la creación de un escenario donde fuera posible el trabajo del encéfalo. Da pánico asomarse al campo de batalla. Yo votaré, claro, pero al borde del desaliento, quizá por cobardía, por aquello del mal menor, pero también porque en la abstención percibo a veces cierta insuficiencia, cierto sentimiento de superioridad que no comparto. Ahora bien, al día siguiente de las elecciones habría que hacer algo, porque esta mierda no puede continuar así.

JUAN JOSÉ MILLÁS

martes, 2 de junio de 2009

DESDE EL OTRO LADO DE LA VIDA

Desde el mismo centro del ruido:
el de las palabras vacías,
los sonidos sin concierto
y las articulaciones huecas,
te contemplo.
Lejos del silencio en el que habitas,
alejada de este estrepitoso sol
de un amanecer cualquiera
lleno de voces
y de algunos ecos.